lunes, 16 de junio de 2014

Mi hija ¿Mogólica?

Cuando soñamos a Julia, mi marido y yo por separado seguramente, y al unísono también, tejimos deseos, como vos, como todos y todas, cuando llegan los hijos/as.
Le planeamos un futuro, ideamos metas, proyectamos objetivos. Que se cumplieran o no, ya se vería, como todos, como les habrá pasado a Uds., o les pasará, o a sus padres y sus amigos... cuando se tiene un hijo, se anhela un futuro plagado de metas a cumplir.
La tarde en que Julia finalmente nació, luego de un embarazo maravilloso y un parto perfecto,  llegó la "condición" que la acompañaría el resto de la vida, replanteándonos a nosotros, sus padres, toda aquella maraña de expectativas depositadas en ese ser minúsculo, que en pocos minutos se encontraba en una minicunita cubierta de cables y cintas pegadas por su pielcita frágil y hermosa.
No relataré la intimidad de aquellos días, pero sí las reflexiones que trajeron aparejadas, y que se referían básicamente a si habríamos de cambiar esos sueños por otros, que se acomodaran a ella, como ser único e irrepetible, o si debíamos dejar de soñar...
Y llegaron los "motes": "ser especial" "angelito" "niño eterno", inentendibles, para mi, que sólo deseaba y deseo, tener una hija que llegue a ser lo que quiera, lo que alcance, lo que pueda.
Y reescuché un insulto, que tomaba otra dimensión ahora, para mi, para nosotros: "mogólico".
El tema es que ahora, esa horrible palabra, ya no me tocaba de costado, ya no podía dejarlo pasar... Ahora era como el "gorda" que me dolía en mi infancia, el "cuatroojos" que le dolía  a mi compañero de banco, el "negra" que le dolía a mi amiga de la secundaria.
Mi hija era la "mogólica", cuadraba en esa calificación despectiva e hiriente.
Y entonces comenzó una batalla más a vencer: desterrar el término, porque cuando alguien dice "mogólico" no está insultando: está DIS CRI MI NAN DO!
Y entre los sueños que soñé para el hijo/a que naciera de mi vientre estaba el de enseñarle que todas las personas somos iguales en derechos y obligaciones, que todas merecemos respeto y debemos respetar, y que si lo hacemos, somos mejores personas aún.
No me cabe duda de que lo lograremos con Franco, el papá de Julia. Se lo enseñaremos confiados en que ella lo entenderá. Porque la amamos, como vos amas a tus a tus hijos, o a los hijos de tus amigos.

Hagamos, entre todos, el esfuerzo de desterrar la palabra "mogólico" del vocabulario, enseñemos en la escuela, hablemoslo en familia, escribamoslo en la calle, gritemoslo!

La forma que encontramos ahora, es unirnos a la Campaña de ASDRA, a pedido de Eliana Tardio para difundir un mensaje de Concientización:





4 comentarios:

  1. Que lindo tu mensaje, un millón de gracias por darnos el apoyo a través de tu maravillosa experiencia.

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  2. Yo tambien confio que lo lograremos, gracias por expresar tu sentir tan Claramente y por compartir parte de tu experiencia.

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  3. Muy sentido relato y tienes razón cuando dices que no es una palabra que ya nos pase de lado, ahora la sentimos, ahora nos toca directo al corazon de manera hiriente y ante eso no podemos quedarnos de brazos cruzados,
    Gracias por compartir.
    Saludos y bendiciones

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  4. Me encanta el mensaje, porque sin duda debemos acabar con todas las etiquetas, especial, Angel, monolito, en fin todas,, son personas y ya está!!

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